Los versos vestidos de palabras son reconocimiento a la
tragedia de los refugiados de Siria.
Sus pasos pararon, el camino era enigma y el destino enlazado.
Poema Siria
La guerra no la inventó el enemigo,
estaba en un guardado cajón
con sus muertos y el último,
era cobarde el amante sin escombros
o acaso era valiente de ahuyentar la muerte.
Llevaba reloj sin horas
y la denuncia de una paz engordada.
Su boca y su baba,
sus piernas y sus rodillas dobladas
y la bandera quemada,
la dejó enterrada en la última alambrada.